martes, 9 de diciembre de 2008

VENTA DE BLAS


Se trata de una de las ventas clásicas de Cantarranas. Blas Montero se dedicaba a la agricultura con sus padres en Los Arenalejos. Se planteó la posibilidad de hacer en Cantarranas una ventita y el 12 de octubre de 1961 empezó la aventura con un barril y 6 botellas de vino y 5 duros en la cartera. Ya pasados 10 años montó la tienda de comestibles y el estanco a principios de los ´70. Ya por el ´75 empezó a servir raciones más al estilo de bar con su comedor.

Tuvo algún problema a la hora de la edificación de la primera estructura del bar, ya que estuvo denunciado y la guardia civil fue a detenerle la obra, pero no lo consiguieron.

Los cimientos los hizo la cuadrilla de su cuñado Manuel Grimaldi de los Badalejos. La estructura la levantó Agustín Ruiz (el carpintero) de los Badalejos. La primera instalación de luz, se trataba de una luz de carbono. Ya luego una de “lumogas”. Poco a poco se fue avanzando y colocó un grupo electrógeno que incluso le daba luz a otros vecinos. Ya por el ´72 vino Sevillana y el 8 de agosto de ese mismo año se encendió la primera bombilla en su casa.

Una curiosidad fue la televisión. Teniendo el grupo electrógeno, compró la tele, que se veía fatal, eso fue allá por el ´67. Según cuenta Blas, Osborne le regaló unos ceniceros chino preciosos y un día estando el bar lleno por la tarde viendo una corrida del Cordobés en esa tele que no se veía nada de nada, cuando ya no hubo nadie y recogiendo, se dio cuenta de que no le quedaba ni un solo cenicero, que se lo habían llevado todos.

Se suministraba por medio de representantes que venían a verlo al bar. Cuenta que venía un corsario de Medina y ya se llevaba apuntado lo que necesitaba.

Abría la venta a las 7 de la mañana para aprovechar el café o la copita de la mañana de los trabajadores. Estos compraban un bollo de pan y una latita de sardinas. La mayoría de ellos eran trabajadores de Las Lomas. La hora de cierre era ya más difusa, a veces hasta las 2 de la madrugada tenía que estar detrás de la barra.

Cuenta que una costumbre muy de la época era lo de “dejar fiao”. Una tarde dice que vendió 32 pesetas y 28 de esas estaban fiadas.

Encierra muchas anécdotas. Una de ellas pasó en Navidad. En lo de Blas se celebraban muchas nochebuenas, venía mucha gente de Los Badalejos, Cucarrete,… bebiendo anís, tocando la zambomba,… y estuvo toda la noche en el negocio, empalmando la noche, comenzó el día en el bar y haciendo ya por la tarde una cuenta, se quedó dormido.

Cuenta que unos arrieros de Tarifa que trabajaban con Peneque, se llevaron todo un día bebiendo y por la tarde ya estaban como cubas, le pidieron cerrar la cuenta que llevaban y se mosquearon que incluso con una vara le pegan a Blas. Y discutiendo entre los dos, cogieron la puerta y hasta el día de hoy.

La mayoría de los clientes eran trabajadores del campo. Otra anécdota reza de que unos pastores que lavaban ovejas detrás de la casa de Paco Pérez, iban a tomar al bar a tomar algo y Jesús Borrego, uno de ellos, sin tomar nada de alcohol, se pasaba toda la noche en el bar toman un polvorón, torta,… hasta por la mañana que iba a la faena otra vez.

Le pasó un día a él y a “El Tejón”, que sobre las 3 de la madrugada la luz de butano dejaba un haz de luz hacia el rellano de la salida del bar. “El Tejón” estaba tocado y miraron hacia la calle y de pronto vieron un fantasma, se acercó con un cuchillo y se le adelantó “El Tejón” para darle un puñetazo no acertando este al fantasma y cayendo rodando por el suelo. Cuando yo le intimidé un poco con el cuchillo, se quitó el manto blanco y resultó ser la vecina Rafaela Coronil que vino a hacernos una broma. Luego pasé un mal rato por el apuro que me dio.

Se jugaba mucho a las cartas hasta el día se tortearon Diego “el Andarín” y Manolo “el Liebre” a cuenta del juego. Y ya no se jugó a las cartas de manera masiva.

Se hacían muchas fiestas; de todo el pueblo y privadas (bautizos, comuniones, bodas,…). Cuenta que el cura Balbino venía todos los años con el obispo a comer arroz con conejo y Doña Carmen al ver que en mantel no había flores, se cabreó y mandó a por flores llenando toda la mesa de las mismas. Para las fiestas particulares hacíamos un presupuesto. El número máximo de gente era de 80 personas. Ya a partir del año ´66 se empezó a organizar fiestas en el pueblo generales. Se celebraban por San Antonio debido a que era buen tiempo y la gente había realizado ya la siega. Se elegía una reina de entre unas candidatas. Venía el alcalde de Vejer. El primero que vino fue Caballero, luego Morillo,… y así hasta hoy. Una vez se organizó una becerrá en la que vino Riberita, Paquirri,…cuenta que una vez uno de los coches de choque se salió se su recorrido y tiró una instalación mal puesta pisando un chaval un cable de la misma dándole una descarga. La guardia querían hacer responsable a Blas, pero no paso la cosa a mayores y solo se quedó en un susto.

Hoy día sigue el local en funcionamiento como bar y estanco con su hijo Luis como propietario.
































1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola soy Carmen Ramirez hija de Joaquina y Pepe el perrero me acuerdo mucho de vosotros